La percepción visual o la vista es nuestra capacidad de interpretar nuestro entorno gracias a los rayos de luz que llegan a nuestros ojos. Sin duda es una cantidad ingente de información y es difícil entender que el cerebro se tan rápido y eficaz procesandola, aunque quizás no tan eficaz, realmente no nos damos cuenta pero el cerebro pasa muchas cosas por alto, y trata de centrarse en lo importante.
Por ejemplo, ahora resulta que cotillear o chismorrear sobre alguien nos pone en alerta, y de manera inconsciente nos hace agudizar nuestro sentido de la vista, es decir, que cuando recibimos información negativa sobre una persona, con mayor probabilidad nos fijamos en su cara que cuando estas informaciones son positivas o neutras.
Aunque parece algo lógico, poca gente en la comunidad científica se lo había planteado. Para demostrarlo unas investigadoras de la Northeastern University de Boston, en Estados Unidos, han recurrido a un fenómeno curioso denominado rivalidad binocular, el cual consiste en que cuando presentamos dos imágenes de forma simultanea, una a cada ojo, sólo somos capaces de ver una de ellas, el cerebro va alternando su atención en una y otra, y por diversas razones puede que se fije más en una que en otra.
Para llevar a cabo el experimento contaron con la colaboración de más de un centenar de hombres y mujeres, lo cuales participaron en diferentes fases de estudio. Su misión era visionar caras a las que se asociaba un chisme o cotilleo negativo, positivo, o neutro.
Los resultados revelaron que cuando uno observaba dos imágenes al mismo tiempo, si una de ellas era la cara de una persona asociada a un chisme negativo entonces teníamos mayor tendencia a fijarnos en su cara.
Los científicos aún no tienen claro a qué se debe esto, pero teorizan sobre la posibilidad de que las regiones del cerebro implicadas en los sentimientos y el aprendizaje están conectadas de alguna manera con nuestro sistema visual.
Este hecho puede formar parte de nuestra evolución, ya que nos ayuda a protegernos de los mentirosos, tramposos y en general las malas personas. Si los vemos durante más tiempo, podemos aplicar la conocida frase de “me he quedado con tu cara!”, y al mismo tiempo podemos obtener información más precisa sobre su comportamiento.
Más información en Science Magazine o en Muy Interesante.
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